El término ‘segunda vida’, en el contexto de las baterías de los vehículos eléctricos, se refiere a su reutilización una vez que han llegado al final de su vida útil en el vehículo.
Las baterías de los vehículos eléctricos aún pueden tener un cierto grado de capacidad residual después de ser retiradas de los vehículos debido a la disminución del rendimiento o la autonomía, es decir, una segunda vida. En lugar de desecharlas como residuos, estas baterías se pueden utilizar en otras aplicaciones que requieran menos energía o menor alcance, como soporte energético para sistemas de almacenamiento de energía, fuentes de energía renovable o sistemas de energía de emergencia.
Reutilizar las baterías de los vehículos eléctricos en una segunda vida puede ayudar a prolongar su vida útil y aprovechar al máximo los recursos. Esto también reduce la necesidad de extraer nuevas materias primas para producir baterías completamente nuevas, lo que tiene un impacto positivo en el medio ambiente.
Sin embargo, cuando las baterías llegan al final de su segunda vida y ya no son aptas para una reutilización significativa, es importante reciclarlas adecuadamente: la combinación de segunda vida y reciclaje de baterías de vehículos eléctricos ayuda a maximizar la eficiencia y reducir el impacto ambiental de la propulsión eléctrica. sistemas.